Pregunta: Durante la bendita revolución de Liberacion, en 1960, el colonialismo francés opresor enroló a mi padre en el ejército en
Alemania.
Acto seguido, él se fue a
Alemania
(
Número del tomo 14;
Página 66) y durante el periodo de su servicio ahí, se cortó su dedo así que lo sustituyó por una pieza de oro. Mi padre terminó el servicio militar y luego regresó a
Argelia
después de ganar su independencia. Él comenzó a recibir un salario mensual como indemnización por la pérdida de su dedo, de modo que por medio de aquel dinero se convirtió en socio de una sociedad anónima. Sin embargo, en 1963, mi padre emigró a
Francia
(
Número del tomo 14;
Página 67) para trabajar, Después de llegar, Allah -Alabado sea- le concedió el éxito, y pudo encontrar un trabajo licito. Así pues, primero trabajó en la limpieza de los sistemas del agua, y luego pasó a trabajar como constructor durante tres años. En 1966, tras conseguir su permiso de conducir, mi padre comenzó a conducir un camión para una empresa. Y permaneció en dicho trabajo hasta el 1982. Todo era normal hasta entonces, gracias a Allah. No obstante, un día fatídico durante este último trabajo, mi padre conoció un mal amigo, que le animó a abandonar su trabajo como conductor y participar con él en la compra de una cafetería. Esta mala persona continuó susurrándole hasta que lo convenció para comprarlo y dejar su trabajo. De hecho, ellos compraron el café en el mismo año del 1982, y empezaron el nuevo trabajo vendiendo: café, té, agua de soda y alcohol. Y según las palabras de mi padre, él no sabía que la venta de alcohol estaba prohibida. Esto a causa de la ignorancia prevaleciente en la época del colonialismo y el período que la siguió. Sin embargo, mi padre no dejó ese trabajo, sino que siguió trabajando y el dinero ilícito aumentaba de día en día. De modo que con ese dinero, hemos construido dos casas, y mi padre compró algunos coches y los vendió. Ahora, nosotros poseemos dos casas y dos coches; uno grande con el cual mi hermano trabaja y otro pequeño para el uso familiar. Después de todos estos años, mi padre lamenta todos sus malos actos, y quiere arrepentirse sinceramente ante Allah y abandonar ese trabajo (en la cafetería). Por lo tanto, decidió este año vender el café, que Allah se lo facilite. Resulta que al llegar a los sesenta años de edad, mi padre tendrá dos pensiones: una por su primer trabajo, que es lícito -con el permiso de Allah- y la otra por su segundo trabajo, que es ilícito. Su Eminencia shayj, éste es todo el problema; por ello, le rogamos que nos proporcione una fatwa al respecto, aclarando cómo salir de este apuro. Pues, estamos confundidos y no pudimos encontrar a quien nos explique la cuestión.
Respuesta: Si la realidad es como usted ha mencionado, entonces su padre debe arrepentirse a Allah y saber la cantidad de dinero que ganó ilícitamente de la cafetería. Luego, tendrá que deshacerse de ello empleándolo en un proyecto público para el beneficio de la gente o dárselo a los pobres y necesitados con la intención de liberarse de dicho dinero, y no de dar caridad. Sin embargo, si su padre no sabe la cantidad de dinero ilícito, entonces tiene que hacer un cálculo lo más aproximado posible, y gastarlo como hemos mencionado anteriormente. (
Número del tomo 14;
Página 68) ¡Que Allah nos conceda el éxito! ¡Que Allah bendiga a nuestro profeta Muhammad, su Familia y sus Compañeros!