Respuesta: El Islam es la religión de la tolerancia y la facilidad y es, al mismo tiempo, la religión de la justicia. El veredicto en cuanto al servicio que un musulmán puede ofrecer a un infiel varía de acuerdo al propósito del que presta el servicio. Es decir, si la intención es legal, como el deseo de crear un ambiente de familiaridad entre él y el infiel, para intentar convertirle al Islam y salvarle de la incredulidad y el extravío, es entonces un propósito noble y las normas prescritas en la shari'ah (Ley Islámica) estipulan que ‟los medios tienen igual veredicto que los objetivos”. Es decir, si el propósito es legal, de igual manera lo será el medio, y, al contrario, si el propósito está prohibido, también el medio estará prohibido, y así sucesivamente. (
Número del tomo 14;
Página 475) Si el servidor no tiene un objetivo legal, no debe servirles. Eso, en cuanto a ofrecerles servicio en las cosas permitidas, mientras que servirles alimentos o bebidas prohibidas, como la carne de cerdo y las bebidas alcohólicas, esto no está permitido en absoluto, porque ofreciéndoles esas cosas está en flagrante desobediencia a Allah, está obedeciéndoles en el pecado, y poniendo su derecho sobre el derecho de Allah. Es deber del musulmán cumplir con las obligaciones de la religión y evitar absolutamente la provisión de alimentos durante el día de Ramadán, porque eso supone ayudarles a hacer lo que Allah ha prohibido. Es bien conocido que la shari'ah con sus orígenes y ramas ha incluido a los infieles en su discurso. No cabe la menor duda que el ayuno del Ramadán es uno de los pilares del Islam, y los infieles deben cumplir con las condiciones del ayuno después de convertirse al Islam. No está permitido que el musulmán les ayude a abandonar lo que Allah les ha ordenado. Tampoco está permitido que el musulmán les sirva de un modo que conlleve humillación para él, como suministrarles alimentos y similares.¡Que Allàh nos conceda el éxito! ¡Que Allâh bendiga a nuestro profeta Muhammad, su Familia y sus Compañeros!