Pregunta:
¿Cuál es el veredicto sobre la personificación de los Profetas -la paz y las bendiciones sean con ellos-, de los Compañeros y de los seguidores? ¿Cuál es este mismo veredicto según los incrédulos?
Respuesta: Primero, las escenas de las series televisivas están llenas de distracciones, adornos de discurso y disimulos en las acciones, con el fin de atraer la atención y los corazones de los espectadores y dominar sus sentimientos. Al hacer esto, los actores cambian las palabras de aquellos que están retratando, tergiversan o hacen adiciones a las mismas. Y esto no es conveniente, además de que se trata de una mera representación de los Profetas, sus Compañeros y sus seguidores, por parte de una persona o un grupo, en lo que dicen en su da'wah (invitación al Islam) y comunicación del Mensaje, y en lo que hacen de adoración y lucha con el fin de cumplir con sus obligaciones y lograr apoyo para el Islam.Segundo: La mayoría de los actores no investigan sobre la verdad, ni poseen las buenas costumbres islámicas. Ellos se arriesgan y no les importa caer en lo que es ilicito, siempre y cuando esto logre sus objetivos de atraer a la gente, ganar dinero y tener éxito a los ojos de los espectadores. Si estas personas juegan el papel de los Compañeros del Profeta, esto puede llevar a los espectadores a burlarse de ellos, disminuir su honor, menospreciarlos y acabar con su dignidad a los ojos de los musulmanes. (
Número del tomo 3;
Página 269) Tercero: Si la representación televisiva fuera por las dos partes, es decir, el de los incrédulos, como
el Faraón,
Abu Gahl y
los parecidos a ellos, y el de los creyentes, como Moisés y Muhammad -la paz y las bendiciones de Allah sean con ellos-, aquéllos sustituirían a los incrédulos, hablando como ellos y pronunciando palabras de descreencia, que ofenden a los Profetas y les acusan de mentirosos, magos y locos, etc.; despreciarían las mentes de los Profetas y de sus seguidores; y les calumniarían con todo tipo de maldades y calumnias tal como hicieron
el Faraón,
Abu Gahl
y sus malas compañias con los Profetas y sus seguidores. Al hacer esto, los actores no cuentan una historia, sino que en realidad están pronunciando las mismas palabras de incredulidad y desviación, si no añaden otras palabras propias que pueden hacer la situación más grave y reprobable, y aumentar las falsas acusaciones. Así la personificación se convierte en un crimen garrafal y su desgracia es más grande, el hecho que puede tener malas consecuencias como la difusión de la incredulidad, la corrupción de la sociedad y falta de honor a los Profetas y a los seguidores.Cuarto: Se cree falsamente que la personificación de los creyentes y los incrédulos es una manera muy afectiva para predicar al islam y enseñar sobre el pasado. Si suponemos que esta forma es correcta, la realidad es que su maldad supera su bondad, y su corrupción es más que su utilidad. Así, hay que prohibir lo que tiene estas características y dejar de pensar en ello completamente. (
Número del tomo 3;
Página 270) Quinto: Son muchos los medios de comunicación e invitación al islam, los que fueron trazados por los Profetas a sus respectivas naciones y demostraron tener éxito. Estos medios trajeron la victoria al Islam y dignidad a los musulmanes. La historia del Islam confirma esta realidad. Por lo tanto, debemos seguir este camino recto, el camino de los que Allah ha favorecido a los Pofetas, los veraces, los que murieron por la causa de Allah y los justos. Por consiguiente, en lugar de seguir los medios cercanos al juego, la satisfacción del deseo y la distracción, debemos seguir los medios que consolidan la seriedad y el gran entusiasmo. Todo el mandato pertenece a Allah antes y después, y Él es el más Justo de los jueces.¡Que Allah nos conceda el éxito! ¡Que Allah bendiga a nuestro profeta Muhammad, su Familia y sus Compañeros!